Las armas acústicas o sónicas (también conocidas como dispositivos acústicos de largo alcance (LRAD por su sigla en inglés), cañones de sonido, dispositivos de aclamación, balas sónicas y bazucas de ruido) son dispositivos que emiten sonidos muy fuertes a largas distancias. Pueden diseñarse para emitir ondas sonoras dolorosas audibles o inaudibles, o para actuar más bien como amplificadores de voz muy altos para transmitir mensajes de voz u otros sonidos.
Una forma diferente de arma acústica emite sonidos muy agudos que son audibles y dolorosos para los más jóvenes (normalmente adolescentes y veinteañeros), mientras que no afecta a los mayores (de 30 años en adelante). Este dispositivo ultrasónico, a veces denominado Mosquito, se utiliza en varios países, principalmente en entornos de seguridad privada, a pesar de los litigios en curso. La policía británica lo utiliza como dispositivo disuasorio para dispersar con un sonido estridente a multitudes de menores , y los civiles lo usan para uso personal desde 2008. Como la comercialización de estos dispositivos no está regulada, tienen potencial para ampliar rápidamente su cuota de mercado.
Descargar el PDF
1990s
Esta tecnología se utiliza para el control de multitudes desde principios de los años noventa.
Fue desarrollado originalmente por la LRAD (Long-Range Acoustic Device) Corporation.
Hoy
Otras empresas, como HyperSpike, también venden estas armas.
Según Genasys, los sistemas LRAD® están en servicio en más de 100 países de todo el mundo.
Las armas acústicas son indiscriminadas y causan daño o dolor a manifestantes, transeúntes y fuerzas del orden, a pesar del estrecho haz en el que se concentra el sonido. El abuso o el desconocimiento por parte del operador de los efectos sobre la salud pueden conducir fácilmente a un uso incorrecto del arma y agravar las lesiones.
Efectos sobre la salud
Los cañones de sonido se utilizan para emitir sonidos fuertes y dolorosos que pueden causar daños importantes en los tímpanos y en los delicados órganos de los oídos y/o pérdida de audición. El uso de tapones o taparse los oídos firmemente con las manos puede disminuir el sonido entre 20 y 30 dB, pero puede no ser suficiente para evitar lesiones importantes. Además de los efectos auditivos, las armas acústicas también pueden lesionar membranas internas (dispositivos infrasónicos).
Existe poca literatura médica sobre los efectos de las armas acústicas en las personas. Algunas publicaciones señalan que las armas acústicas fueron desarrolladas en primer lugar por los militares y que las primeras evaluaciones de sus efectos sobre la salud están sesgadas y, en algunos casos, presentan resultados poco claros.
Las armas son indiscriminadas y causan daño o dolor a manifestantes, transeúntes y fuerzas del orden, a pesar del estrecho haz en el que se concentra el sonido. Sigue habiendo serias dudas sobre la seguridad y eficacia de las armas acústicas en contextos de control de multitudes.
Estudios de caso
¿Qué ha cambiado?
Desde 2016, se ha producido una rápida expansión en la fabricación y venta de LRAD y otras armas acústicas.
Las armas sónicas se han utilizado ampliamente en lugares como Hong Kong, Australia, Nueva Zelanda y Estados Unidos, lo que ha provocado advertencias de asociaciones profesionales como Audiology Australia y la American Speech-Language-Hearing Association.