Los chorros de agua a alta o baja velocidad se utilizan habitualmente como arma de control de multitudes. Típicamente denominados camiones hidrantes, este tipo de arma puede ser de varios tipos de mangueras de agua conectadas a suministros de agua subterráneos o a reservorios móviles (a menudo en camiones). Los cañones de agua se han utilizado como arma de control de multitudes en protestas en todo el mundo y siguen empleándose con regularidad, ahora con mayor frecuencia como dispositivos montados en vehículos.
Descargar el PDF
años 1700
Los cañones de agua se utilizan desde principios del siglo XVIII, inicialmente para apagar incendios ...
... y más tarde también para dispersar multitudes o impedir el acceso a determinadas zonas.
años 1930-1960
Los cañones de agua se utilizaron por primera vez para el control de multitudes en la década de 1930 en Alemania ...
... y, en la década de 1960, eran de uso frecuente en Estados Unidos durante las protestas por los derechos civiles.
Hoy
Los cañones de agua se utilizan como arma de control de multitudes en protestas en todo el mundo ...
... más a menudo como dispositivos montados en vehículos.
Mecanismo de acción
Los cañones de agua lanzan chorros de agua contra los manifestantes. Pueden ser chorros de alta presión, destinados a hacer retroceder a la multitud, o chorros de baja presión, destinados a sofocar. Los cañones de agua de alta presión pueden tener caudales de hasta 20 litros de agua por segundo, con una presión de funcionamiento de 15 bares (220 psi), y pueden enviar agua a 67 metros.
En comparación, un cabezal de ducha residencial típico tiene una presión de 3 bares (40 psi). Los cañones de agua de alta presión y gran volumen pueden derribar a las personas y empujarlas hacia atrás con una fuerza considerable, sobre todo cuando esta presión se mantiene y se ejerce sobre una gran superficie.
Los sistemas de gases lacrimógenos o químicos en cañones de agua montados en camiones, con reservorios secundarios que contienen colorantes y productos químicos destinados a ser expulsados dentro del chorro de agua, son cada vez más populares.
Los tintes de color, a menudo semipermanentes y cuya eliminación requiere varios días y numerosos lavados con detergentes fuertes, se utilizan desde hace más de 25 años en muchos lugares, como la India, Indonesia, Israel, Hungría, Irlanda del Norte, Sudáfrica, la República de Corea (Corea del Sur) y Uganda. Se han utilizado tintes de colores para humillar y marcar públicamente a los manifestantes, a veces para poder detenerlos posteriormente. Algunos cañones de agua también se han utilizado con tintes ultravioletas para ayudar a la identificación y/o detención posterior de los manifestantes.
Se han utilizado tintes de colores para humillar y marcar públicamente a los manifestantes, a veces para poder detenerlos posteriormente.
Efectos sobre la salud
Debido a la limitada bibliografía sobre cañones de agua y a la escasez de literatura médica sobre lesiones, no fue posible realizar una revisión sistemática completa de las lesiones causadas por cañones de agua. Sin embargo, una revisión de los artículos identificados en nuestra búsqueda sistemática de datos publicados en fuentes secundarias identificó varios casos de lesiones graves causadas directa o indirectamente por cañones de agua.
El agua a alta presión puede causar tanto lesiones directas, como traumatismos directamente en el cuerpo, como lesiones internas por la fuerza del chorro de agua. Hay un puñado de informes de casos que describen lesiones faciales como ceguera o rotura de tímpanos por la fuerza del agua.
La fuerza contundente de los cañones de agua de alta velocidad puede causar lesiones indirectas por caídas forzadas contra el suelo u obstáculos. Los informes de casos describen contusiones, fracturas de cráneo y laceraciones secundarias a impactos de cañón de agua. Entre las lesiones sufridas por los agentes de policía durante su capacitación figuran lesiones musculoesqueléticas accidentales por exposición a corta distancia a cañones de agua.
En los últimos años, informes personales en las redes sociales y reportajes periodísticos han puesto de relieve los peligros inherentes a los cañones de agua. Hay varios casos documentados de lesiones óseas y musculoesqueléticas y de muertes por caídas y traumatismos secundarios a la fuerza del agua. Tras la publicación de nuestro informe anterior, Baek Nam-gi, un agricultor surcoreano, entró en coma tras ser derribado por un cañón de agua y murió a causa de sus heridas en septiembre de 2016.
En un caso similar de mayo de 2015, el estudiante chileno Rodrigo Avilés sufrió graves lesiones en la cabeza tras ser derribado por cañones de agua disparados desde una distancia inferior a cinco metros. Tras permanecer en coma, Avilés acabó recuperándose, pero sigue teniendo convulsiones y otros problemas de salud.
En los 30 casos de lesiones por cañones de agua en Turquía, la gravedad de las lesiones variaba en función de la presión, la distancia y la duración de la exposición, así como de si las víctimas sufrían colisiones, caídas o eran arrastradas por la fuerza del agua.
Estudios de caso
¿Qué ha cambiado?
En los últimos años, el uso de cañones de agua se ha extendido en muchos países del mundo, al igual que el número de heridos registrados.
Dado el auge de Twitter y otros medios sociales, muchas lesiones son notificadas directamente por las víctimas. El uso de malodorantes, tintes e irritantes químicos también parece estar expandiéndose más allá de los pocos países que utilizaban estas medidas en el momento de nuestro informe de 2016.
