Tras sufrir importantes lesiones físicas como consecuencia del uso por parte del Departamento de Policía de Nueva York (NYPD) de un cañón de sonido LRAD en 2016, manifestantes y periodistas interpusieron una demanda contra la ciudad de Nueva York impugnando el uso excesivo de la fuerza por parte del NYPD en violación de sus derechos constitucionales.
El Tribunal de Apelaciones del Segundo Circuito de Estados Unidos dictaminó en 2021 que utilizar deliberadamente el LRAD de forma capaz de causar lesiones graves a manifestantes no violentos constituye una violación de la Decimocuarta Enmienda de la Constitución de Estados Unidos, que prohíbe el uso excesivo de la fuerza.
En junio 2018, el tribunal dictaminó que el dispositivo era un instrumento de fuerza diseñado para «efectos incapacitantes y dolorosos» y que «el problema planteado por los manifestantes en la calle no justificaba el uso de la fuerza, y mucho menos de una fuerza capaz de causar lesiones graves, como la pérdida de audición.»
Posteriormente, la policía de Nueva York llegó a un acuerdo legal que incluía cambios en su política de uso de los LRAD. En virtud del acuerdo alcanzado en abril de 2021, se prohíbe a los agentes de policía utilizar el tono «disuasorio» o «de alerta», dolorosamente alto y agudo, aunque pueden hacer anuncios de voz en los dispositivos. El acuerdo también exige al departamento que modifique sus materiales de formación sobre los dispositivos y establece que, aunque los supervisores policiales y los abogados del departamento pueden autorizar el uso de los LRAD, los agentes «deben hacer esfuerzos razonables para mantener unas distancias mínimas de seguridad entre el LRAD y todas las personas que se encuentren dentro de su cono de sonido.»
Los demandantes habían asistido a manifestaciones por la justicia racial en la ciudad de Nueva York en diciembre de 2014 en calidad de fotoperiodistas, observadores, cineastas o manifestantes activos que se oponían a la decisión de un gran jurado de no acusar al agente de la policía de Nueva York que mató a Eric Garner. En las primeras horas de la mañana del 5 de diciembre de 2014, los agentes de la policía de Nueva York emplearon un tipo de LRAD llamado 100X para dispersar a manifestantes no violentos. Esta arma acústica puede «proyectar mensajes hasta 600 metros de distancia, producir una salida continua máxima de 136 dB a un metro de distancia, y tiene la capacidad de superar 88 dBs de ruido de fondo a 250 metros.» Los agentes del NYPD emplearon indiscriminadamente el tono disuasorio del dispositivo entre 15 y 20 veces en un lapso de tres minutos. En varios momentos, los agentes de la policía de Nueva York inclinaron y dispararon el dispositivo a menos de 3 metros de los manifestantes.
Debido a su exposición al sonido ensordecedor del LRAD, los demandantes sufrieron lesiones físicas, como «migrañas, dolor sinusal, mareos, presión facial, zumbidos en los oídos y sensibilidad al ruido». A uno de ellos se le diagnosticó tinnitus en ambos oídos tras el uso del LRAD por parte de la policía de Nueva York, mientras que a otro se le diagnosticó pérdida de audición debido a lesiones nerviosas. Otro demandante declaró que su médico le dijo que «la presión del nivel extremo de ruido del LRAD había empujado un hueso de su oído hacia dentro, impactando y dañando un nervio de su oído». Varios de los demandantes citados en la demanda afirman que ahora tienen miedo de asistir a protestas, lo que, para algunos, ha repercutido negativamente en sus oportunidades profesionales como periodistas.
En 2020, la empresa que fabrica los LRAD, Genasys Inc, informó de que las fuerzas del orden y los departamentos de policía de más de 100 países, incluidas 500 ciudades estadounidenses, utilizaban estos dispositivos. Con los cambios de política resultantes del acuerdo de conciliación de abril de 2021, la policía de Nueva York se convirtió en uno de los primeros grandes departamentos de policía de Estados Unidos en prohibir el uso del tono estridente de «disuasión» o «alerta» de los LRAD.