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Estudio de caso

La Franja de Gaza e Israel

Se registra el primer uso de botes de gas lacrimógeno lanzados por drones en la Franja de Gaza e Israel

Palestinos chocan con las fuerzas israelíes desde el otro lado de la frontera tras una manifestación, al este de Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, el 6 de septiembre de 2019. Abed Rahim Khatib Sipa USA vía AP Images
Palestinos chocan con las fuerzas israelíes desde el otro lado de la frontera tras una manifestación, al este de Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, el 6 de septiembre de 2019. Abed Rahim Khatib Sipa USA vía AP Images

Muchas armas menos letales utilizadas por la policía en Israel han sido desplegadas anteriormente por el ejército israelí contra la población palestina en los Territorios Ocupados. Así ocurrió con las balas de esponja y el agua malodorante, y también con el uso de gases lacrimógenos disparados desde drones. La policía «importó» esta arma en 2022 para su uso dentro de Israel después de haber sido utilizada en los Territorios Ocupados desde 2018.

El primer uso generalizado de esta arma se hizo en 2018 durante las protestas semanales en la frontera de Gaza. Junto con el uso de municiones reales -que mató a unos 200 manifestantes palestinos e hirió a miles-, también hubo un uso generalizado de drones que dispararon botes de gas lacrimógeno contra los manifestantes sin distinguir entre manifestantes pacíficos, incluidos niños y ancianos, y violentos.

Un corresponsal extranjero declaró haber visto un dron lanzando gases lacrimógenos a unos 500 metros más allá de la frontera de Gaza, sobre una tienda comunal ocupada por mujeres y niños que no participaban en protestas. La Comisión de Investigación de la ONU sobre las protestas de 2018 en Gaza descubrió que un dron había lanzado gas lacrimógeno sobre un hospital de campaña que estaba claramente marcado con insignias médicas.

Tras su uso contra manifestantes en los Territorios Palestinos Ocupados, la policía israelí utilizó gases lacrimógenos lanzados desde drones por primera vez contra ciudadanos israelíes en 2022. En enero de 2022, miles de personas se reunieron en la región del Néguev, en el sur de Israel, para protestar por la desposesión de los ciudadanos beduinos palestinos de Israel. La policía israelí dispersó brutalmente esta manifestación con balas de esponja, granadas de aturdimiento y gases lacrimógenos lanzados desde drones. En abril y mayo de 2022, la policía utilizó esta arma contra fieles palestinos en la mezquita de El-Aqsa de Jerusalén en respuesta a disturbios en el interior del recinto montañoso. Las fotos mostraban a multitudes de fieles, entre ellos mujeres, niños y ancianos, huyendo en todas direcciones mientras múltiples cápsulas de gas lacrimógeno caían sobre ellos desde un dron.

El dron portador de gas lacrimógeno incluye una cámara y puede transportar varias cápsulas y dispararlas todas juntas o individualmente. Las fuerzas de seguridad israelíes compran el sistema a dos empresas israelíes: las cápsulas de gas a ISPRA by E. I LTD y el sistema que dispara las cápsulas a SPECRYS LTD.

Se trata de una nueva arma cuyos riesgos aún no están claros. Sin embargo, está claro que se trata de un arma intrínsecamente imprecisa, y es dudoso que pueda utilizarse de forma proporcionada. Otra preocupación es que las cápsulas puedan caer directamente sobre las cabezas de los manifestantes o en sus ojos. Especialmente cuando se utilizan varias cápsulas al mismo tiempo, la posibilidad de perjudicar a los manifestantes pacíficos es muy alta. Por último, el despliegue aéreo de gases lacrimógenos corre el riesgo de sembrar la confusión y el caos entre las multitudes en lugar de fomentar una
dispersión ordenada.